LAS ELECCIONES EN ARGENTINA: UN GOLPE A LAS CONQUISTAS SOCIALES

El objetivo de Macri, el presidente electo, y la derecha en Argentina es favorecer los intereses de la oligarquía y las multinacionales (sobre todo financieras) que pretenden apoderarse del “tesoro” público y privado acumulado durante el periodo kirchnerista. Esto está provocando una exacerbación del conflicto social y no será tarea fácil. La resistencia popular tiene conciencia de las tareas que tiene por delante: responder puntualmente a cada una de las provocaciones del actual gobierno y, al mismo tiempo, desarrollar una mayor capacidad y eficacia política-organizativa del movimiento que ha crecido durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirschner Las multitudinarias asambleas en los parques son estímulos a una discusión y a una práctica social que hay que llevar a cada barrio, a cada escuela, a cada centro de trabajo.
Con los despidos masivos, sobre todo en el área publica, se pretende reducir el peso que los trabajadores han alcanzado en la sociedad durante los últimos años y una gran parte de base de apoyo del proceso kirschnerista. También tratan de desplazar al Estado del centro de la economía y de la formación social y política y favorecer a que los grandes medios de comunicación puedan  influenciar más decididamente.
LA IZQUIERDA DEL PAIS FORMA PARTE DE LA NUEVA IZQUIERDA ANTIMPERIALISTA DE AMÉRICA LATINA
El gobierno de la derecha avanza como una topadora a través de decretos de urgencia, favorables a la oligarquía y burguesía agraria, a las corporaciones internacionales y a los propietarios de los grandes medios. A la vez, se reprime la protesta social, como el caso de la dirigente indígena Milagro Sala, primera presa política de Macri. Se intenta generar un clima de terror con la intención de descomponer al Frente para la Victoria, (la formación que dio soporte a las candidaturas de los Kirschner) y sus débiles alianzas con gobiernos provinciales y viejos caudillos peronistas y sindicales. Ya hay gobernadores y viejos “jefes” que se pasan al macrismo o reclaman moderación, diputados y senadores que vacilan ante la necesidad de convocar urgentemente las cámaras  y una parte importante de la burocracia sindical dispuesta a “entregarse”, como siempre.

Milagro-Sala
Milagros Sala, dirigente del movimiento social Tupac Amaru

Macri, con la disciplina demostrada, busca y gana la confianza del gobierno de Estados Unidos y de la derecha continental. El gobierno norteamericano lo felicita, el FMI lo celebra, Macri es invitado a Davos. A pesar de ser un político mediocre es lanzado como dirección del proceso de restauración del orden, de la relación “carnal” con los “fondos buitres” para aplastar el proceso integracionista latinoamericano. La propuesta del nuevo gobierno a los fondos de inversión, que reclaman injustamente ser reembolsados, supera las expectativas de los especuladores. Macri sabe muy bien que su fuerza sólo puede venir de esta relación mundial, dentro de la sociedad argentina no tiene gran porvenir con su política.
La lucha contra el macrismo es una tarea no solamente de la izquierda argentina sino de toda la izquierda latinoamericana. El laboratorio social y político construido por Chávez, Kirchner, Morales, Correa, Lula, alrededor de Cuba, está siendo sometido a dura prueba. La caída de los precios internacionales impide continuar con la política expansiva y hay que esperar un ataque abierto por parte del imperialismo. La resistencia en Argentina como en Venezuela o Brasil debe por fuerza asumir esa característica: latinoamericana y antiimperialista.
La “rebeldía” del nuevo parlamento de Venezuela, dominado ampliamente por la derecha que pretende desobedecer los postulados constitucionales que imponen fuertes contrapesos al poder y sus diferentes funciones, está sostenida por la gran finanza mundial aliada a la oligarquía. Estas fuerzas no tendrán escrúpulos en superar, por todos los medios, esos controles. Macri, que debería tener una fuerte oposición en el Congreso de los diputados y en el senado, ya ha “comprado” diversos parlamentarios con lo que ha conseguido atenuar ese obstáculo.
Mientras la burguesía y la banca internacional, mantengan firmemente en sus manos una  parte importante de la economía de los países, el poder institucional tiene un peso relativo.  Es por eso que la lucha se transfiere a la sociedad, es ahí donde las masas acumulan fuerzas y experiencias.
Las direcciones políticas en América Latina están ante la necesidad de un salto de calidad. El proceso ha generado conciencia y ha estimulado la participación social, las masas han elevado enormemente la capacidad de control, de “empoderamiento”. Se trata ahora de que éstas dirijan, que tengan los medios y las condiciones para hacerlo. Todas las direcciones políticas deben abrirse a este proceso y a sus consecuencias, que son una fuerte radicalización de los objetivos de lucha, del proceso de transformación social.
Hay que desplegar al máximo la potencialidad que contiene el proceso integracionista: a las instituciones creadas hay que arrancarles una fuerte estructura política latinoamericana y antiimperialista. Reuniones y asambleas continentales, formación de cuadros revolucionarios. Al mismo tiempo, la clase obrera debe intervenir audazmente: el control obrero y la recuperación de fabricas que cierran han servido, en efecto, para impedir la desaparición de algunos sectores productivos pero no ha sido suficiente para afirmar a la clase obrera como dirigente de la sociedad. El control obrero, en muchos casos, ha resuelto cuestiones sindicales, garantizando salario y estabilidad laboral, pero no ha desplegado toda la energía de la clase obrera sobre toda la sociedad, demostrando cómo es capaz ya de reemplazar a la burguesía.
EL KIRCHNERISMO SUFRIO UNA DERROTA ELECTORAL PERO SU BASE MANTIENE INTACTA SU VOLUNTAD DE CAMBIO
La derrota electoral de Scioli (el candidato peronista a las elecciones presidenciales) ha complicado las tareas que tienen por delante las corrientes de izquierda dentro y fuera del peronismo. Se trata de un salto que, de todas maneras, había que dar. Los doce años del proceso habían generado expectativas y potencialidades sociales inmensas, por un lado, e importantes contradicciones económicas y políticas, por otro. El Frente para la Victoria, con sus alianzas, necesarias en el proceso electoral, se demostraba un instrumento insuficiente y con poca preparación para superar esos escollos. Podía contar, sin duda, con una gran movilización social, una generosa disponibilidad sobre todo de la juventud, una politización masiva que llegó a los puntos mas recónditos del país, pero que no fue capaz de dar confianza a capas importantes de la población que sintieron a la dirección vacilar ante las condiciones económicas internacionales adversas, que ponían en riesgo la política de inclusión social establecida por el kirchnerismo.
Por otro lado, tal politización de masa, el empoderamiento adquirido, no alcanzó a desplazar a viejos dirigentes, en el PJ (Partido Justicialista), en el sindicato o en las gobernaciones, que continuaban por acrecentar riquezas e intereses personales en contraste con la política de Cristina y con las dificultades que una parte de la población continuaba padeciendo.
La multitudinaria manifestación que despidió a la presidenta, las asambleas populares de masas con Kicilov (exministro de Economía) y otros dirigentes kirchneristas, las respuestas inmediatas a los despidos, a los ataques contra la Ley de Medios y la política de derechos humanos, demuestran que el movimiento está bastante íntegro. La clase obrera no se siente derrotada, verdaderamente no ha podido ni siquiera entrar en combate ya que su accionar está bloqueado por la burocracia sindical que le impide la discusión y la vida política, de esa manera no da confianza al resto de la sociedad de que puede dirigir, que puede reemplazar a la burguesía y eliminarla.
Las corrientes de izquierda del Frente para la Victoria tienen que transformarlo en un Frente para la Revolución, un instrumento que organice la intervención y la formación de las masas, de los cuadros que deben completar la política aplicada hasta ahora. La participación popular, las nacionalizaciones, deben ser continuadas con el control y la gestión social, con programas de desarrollo elaborados por las masas, dirigidos a resolver las necesidades de las masas.
Se abre una fase interesante en Argentina y en América Latina. Las masas, la clase obrera, tienen que poder tomar la iniciativa. La experiencia acumulada por los trabajadores en la experiencia histórica peronista, hoy kirchnerista, tiene que liberar toda su inmensa energía para ponerla al servicio de los futuros avances del proceso de la transformación social del continente sudamericano.
20.2.2016

LAS CONQUISTAS ALCANZADAS DURANTE LA ETAPA  KIRSCHNERISTA


El número de trabajadores pasó de 6.300.000 en el 2002 a los 12.600.000 de hoy día.¡ En 12 años se ha duplicado!
La política de derechos humanos es de las más avanzadas del mundo. Anuladas las leyes de “obediencia debida” y “punto final” todos los grandes represores y torturadores están y mueren en la cárcel. Además, desde hace algunos años, desfilan delante de los jueces personajes potentes de la oligarquía y de la gran burguesía argentina enriquecidos gracias al terror.
El sostén publico a la tecnología de reconocimiento de restos humanos encontrados en fosas comunes o en centros de torturas, en base al ADN, junto con la campaña de madres y abuelas de Plaza de Mayo por recuperar la identidad de los niños secuestrados a sus legítimas madres en prisión, han permitido que 118 jóvenes hayan podido conocer su propia historia. Faltan centenares y no se podrá nunca recuperar los 30.000 compañeros muertos pero estas actuaciones han servido para cicatrizar, en parte, la profunda herida infligida a la sociedad argentina. Las familias golpeadas por la represiónsienten que, durante la época del kirschenirsmo, muchas de las aspiraciones de sus familiares desaparecidos han sido acogidas y hechas realidad.
Las estatizaciones de partes importantes de la economía, que habían sido sustraídas al patrimonio publico durante la euforia neoliberal inaugurada por la dictadura cívico militar, las retenciones a las exportaciones deproductos agrícolas de la oligarquía, de la burguesía agraria y de algunas multinacionales han producido una gran redistribución de la  riqueza en favor de los sectores populares. Las conquistas sociales han contribuído a reducir el poder de la reacción y a democratizar el país.
La restructuración de la deuda internacional. Néstor Kirchner asumió la presidencia de un país que estaba en default, incapaz de hacer frente a la inmensa deuda a los bancos internacionales y sus intereses, los que drenaban todos los recursos del país y la riqueza que día a día creaban sus habitantes. En dos momentos diferentes se alcanzaron dos acuerdos con los acreedores por los que el gobierno, previa quita del 30/40 %, ha satisfecho al 93%  de los  inversores. El 7% no ha aceptado nunca la solución propuesta, esta pequeña oligarquía financiera (“fondos buitres”) no ha cesado de intentar hacer caer al gobierno argentino. La dura actitud del gobierno de Cristina Kirchner permitió recuperar la dignidad ante la especulación internacional.

Relato de la gran manifestación de despedida a Cristina Kirchner


La histórica, hermosa, combativa manifestacion (de 700 mil según datos oficiales) fue desde el Obelisco hasta llenar la Plaza de Mayo delante de la Casa Rosada donde, primero, Cristina inauguró  la estatua de Néstor Kirchner junto con Evo Morales y, después, salió e hizo un discurso conmovedor a una multitud militante y aguerrida como la que conocemos en Argentina .
Más que una despedida fue un acto político para preparar a la militancia para lo que vendrá y lo que hay que hacer. Habló del empoderamento popular de estos 12 años como un logro a seguir, que la militancia no se hace sólo desde el gobierno y que, en 4 años esta plaza va a volver a llenarse nuevamente como hoy. Por todos partes se veia a la gente alegre, segura, sin tristeza, decidida a pelear y resistir en la próxima etapa con el canto: «¡¡¡Vamos a volver, vamos a volver!!!». «¡Perón, Perón,….1″ Los cafés se llenaron con los manifestantes que volvíam y no querían irse a casa, querían estar juntos y  cantar. Fue hermoso. Como dicen Cristina y Maduro:» la lucha apenas empezó».
El discurso se puede ver en http://www.telam.com.ar/notas/201512/129590-cristina-fernandez-de-kirchner-acto-plaza-de-mayo-militancia.html
(corresponsal en Buenos Aires, 9.12.15)