Una derrota transitoria y una experiencia para construir el frente de izquierda en toda Europa

Grecia ha tenido y tiene una importancia fundamental dentro del proceso mundial. Es el ejercicio de doble poder más profundo en Europa después de mucho tiempo. Aún con una dirección débil, sin cuadros preparados, las masas griegas intervinieron para impulsar una salida ante los planes de empobrecimiento y liquidación de las conquistas sociales.
Un sector de Syriza apostó, ingenuamente, por convencer a la Unión Europea de hacer un pacto que no fuera tan gravoso para la vida de la gente. No estaba dispuesto a avanzar más y se sometió exclusivamente a la perspectiva electoralista.
En cambio, el plan europeo es reducir al mínimo el Estado griego. El rescate es algo completamente falso, sólo le servirá al gobierno griego para pagar deudas, sanear la banca y sólo 3200 millones de euros irán a gastos sociales. Es un plan de saqueo del patrimonio de Grecia basado en las privatizaciones y el expolio.
Hubo un intento de hacer acuerdos con Rusia y los BRICS que fracasó y recibió presiones muy fuertes de Estados Unidos amenazando hasta con un golpe de Estado.

Las masas griegas se concentraron en el referéndum para rechazar esta política criminal del capitalismo, encabezada por Alemania. Mostraron su decisión de enfrentar en forma decidida esos planes. Pero, un sector de la dirección de Syriza, con Tsipras a la cabeza quisieron utilizar el resultado de la votación para chantajear y presionar a la cúpula de la Unión Europea. Varufakis y el sector de izquierda planteaban un funcionamiento paralelo y la máxima transparencia y democracia para llegar a acuerdos y que fueran aprobados por el conjunto de la población.
La experiencia de la construcción del frente de izquierdas, Syriza, la participación popular a la realización de un programa con una clara connotación anticapitalista (el «Programa de Salónica»), la voluntad inicial de la dirección de Tsipras de ligar la lucha en Grecia a la lucha internacional, al proceso revolucionario latinoamericano y a la izquierda europea no se pueden dejar a perder, representaron un patrimonio del conjunto de las masas del mundo.
El referéndum que había confirmado, con su masivo NO, toda la decisión y la voluntad del pueblo griego de rebelarse al poder capitalista que dirige Europa, fue sostenido por toda la vanguardia del continente. En los principales países, movilizaciones populares unitarias han visto la presencia de comunistas, socialistas, sindicatos, ambientalistas, estudiantes, intelectuales y jóvenes.
La “Gran Coalición” (democracia cristiana y socialdemocracia) dentro de las instituciones de la Unión Europea estalla en pedazos, en gran medida por los acontecimientos en Grecia. Hay fuertes rupturas en el PD italiano, en el SPD alemán. En Bélgica, los socialistas se lanzan contra la austeridad y sostienen las huelgas generales y movilizaciones incesantes de todas las capas pobres de la población. En Gran Bretaña, un leader anticapitalista y anti guerra, Jeremy Corbyn gana la presidencia del Partido Laborista. En España, hay que esperar un gran progreso electoral de la izquierda. Grecia ha determinado un terremoto dentro del campo capitalista. Seguirán nuevas sacudidas y tsunamis en breve tiempo.
La tratativa Euro grupo-gobierno griego no ha sido una simple cuestión entre instituciones paritarias sino que se ha tratado de una verdadera guerra de agresión de parte del poder financiero y político que comanda Europa y el mundo capitalista. Han desencadenado toda su furia contra el gobierno que mas había osado, hasta ahora, oponerse a su poderío incontestable.

Ya, desde la campaña electoral de 2014 por el parlamento europeo, cuando Syriza no alcanzaba la mayoría, todos los gobernantes de los principales países y del gobierno de la Unión Europea desafiaron públicamente a la izquierda griega: “salen de la UE”.., “arrastran su pueblo a la miseria..”, violando la soberanía democrática del país.
Luego, durante las elecciones nacionales, aumentaron aún mas esta injerencia. Merkel, Schulz, Juncker, Hollande, todos hacían campaña abierta a favor de Nea Democratia y Pasok. Estos dos partidos que abrieron las puertas al saqueo y llevaron al pueblo griego al desastre social actual, fueron derrotados ampliamente, a pesar de todo ese apoyo político y mediático mundial.
Enseguida la furia de la reacción desencadenó un infierno alrededor del gobierno Tsipras. Se han movilizados la cúpula imperialista, Obama e Israel, la troika y la Otan. Además, las tratativas se desenvolvían en un cuadro internacional en el cual el imperialismo está desplegando con virulencia su política de guerra; guerra contra Rusia y China, contra Irán y Siria, contra las masas del mundo. Es así que Grecia estaba al centro de la preocupación del poder capitalista mundial; un país que tiene un numero de habitantes y una cifra de PIB inferiores a las del estado de San Pablo en Brasil. El poder capitalista, que es la Otan, no podía permitir que un país con la configuración estratégica de Grecia pudiese abrir una brecha en el frente occidental.
Es en estas condiciones que se dieron los pocos meses de vida del gobierno griego, que culminaron con la clausura de los bancos impuesta por la BCE. Lo han hecho con el objetivo de romper la relación entre las masas y Syriza. Y no lo consiguieron! El pueblo griego reaccionó en forma madura, del mismo modo que ha resistido todos estos años a los efectos de los memorándums anteriores. No hubo ninguna confusión, ni vacilación, en el pueblo griego: el masivo voto al No lo ha demostrado.
Con los márgenes existentes hay que valorizar los momentos en que consiguió expresar sus reales intenciones el gobierno de Syriza. El desafío a la política UE en Ucrania y la participación de Tsipras a la conmemoración del triunfo sobre el nazismo en la plaza Roja en Moscú. Contra la campaña mundial imperialista de boicot a ese evento, en una plaza simbólica y repleta de banderas rojas, hoces y martillos, en representación del mundo estaban solo Maduro y Tsipras.
Los errores que ha cometido Tsipras y Syriza, como consecuencia del fracasado acuerdo con la troika, se dan en esta situación, no ha sido una traición o una capitulación al enemigo. No hubo, a tiempo, la preparación suficiente de la dirección ni la fuerza para alcanzar la victoria.
Pero, las actuales divisiones y luchas internas de Syriza, la persistencia de la distancia establecida por el partido comunista (KKE), están poniendo en riesgo la posibilidad de dar una continuidad a la batalla librada con la cúpula financiera europea, alemana y con toda la troika durante los últimos meses.

La prueba de las elecciones del 20 de setiembre

En las elecciones legislativas del 20 setiembre 2015 en Grecia, hubo mas abstenciones que en las elecciones anteriores: 43.4% en vez de 38% en las elecciones de enero 2015 – y con menos votos a Syriza también, que pierde 4 escaños.
A pesar de la dificultad para las masas al no tener medios para pesar directamente en la dirección del país, la clase obrera y gran parte de las masas griegas han votado para Syriza y han mantenido su apoyo al KKE. Así demuestran su paciencia histórica. Están comprobando lo transitorio de este periodo. Hacen la experiencia de que, en el asunto del memorándum, no hay ninguna alternativa en el campo electoral.
Syriza llego todavía a ser el primero partido en el parlamento, pero su superioridad numérica es muy relativa considerando los 50 escaños extra que gano solo por haber llegado primero. En el sentido político, pesa mucho mas la perdida electoral del apoyo de Unidad Popular, y mucho mas todavía la non-representación de la inteligencia de la clase obrera y un gran parte de las masas griegas.
No es por falta de fuerza numérica que el KKE rechaza a Syriza. El voto popular KKE se mantiene casi íntegramente (con 15 escaños, 5 mas que ANEL) porque la clase obrera mantiene su apoyo al KKE. Puede ser que el partido se asusta frente a la magnitud del problema, pero debe reconocer que la lucha en Grecia contra las multinacionales es la lucha contra el memorándum. No la lucha contra la UE (aun que puede ser también), sino la lucha contra el memorándum. Eso necesita entonces el frente único KKE con los sindicatos griegos y europeos, y todas las fuerzas de izquierda dentro de Grecia.
Entonces es muy relativa la “victoria” de Syriza. Si Syriza queda el primer partido , no es una ventaja porque sus votantes son sectores del PASOK o pequeñoburgueses mas derechistas que antes. Y además sigue aceptando esta estafa contra la democracia que significa el “regalo” de 50 puestos de diputados por ser el primer partido. Tsipras va a tener las manos mas ligadas que antes, no por el acuerdo con la Troika y la firma del memorándum, sino por su nuevo “electorado”. Es preocupante que reitera la alianza con ANEL, porque quiere decir aceptar la política de guerra de la OTAN. En vez de acrecentar acuerdos o relaciones con la Rusia. De este modo, la “retirada” se puede transformar en un verdadero desbande, generando desilusión y desconfianza entre la gente, haciendo irreversible las rupturas entre los principales dirigentes.
En cambio, hay que organizar el difícil pasaje adverso de este momento, manteniendo y extendiendo la unidad de la izquierda. Mantener no solo la mayor unidad posible dentro de Syriza sino impulsar, sino presionar por una reflexión dentro del KKE. La idea burocrática de que, fracasada la experiencia “reformista” de Syriza, después vendrá el tiempo en que los comunistas irán al gobierno y resolverán todo es descabellada.
Esta posición obtusa por parte de los comunistas ha representado un hándicap para el proceso social griego, no solo porque son los votos que en parlamento faltaron a Syriza para hacer un gobierno completamente de izquierda sin tener que depender del voto de la formación de derecha. Sino, también, porque los comunistas representan una parte importante del movimiento obrero y sindical, que podría haber tenido espacio para influir mas en el proceso en curso.
Hay que reconstruir la relación con las masas y abrir una discusión publica común sobre cómo enfrentar las consecuencias de la aplicación del nuevo Memorándum, activando medidas de control popular sobre los futuros planes económicos. Desafiar la política de guerra capitalista que arrastra al país a una relación estrecha con Israel, los yanquis y la Otan; reducir el presupuesto militar y el compromiso griego dentro de la Otan. Democratizar las fuerzas armadas; el proceso en curso en los últimos años que ha sacudido desde los cimientos la sociedad griega tiene que haber tenido consecuencias en la relación de fuerzas dentro de los militares. Hay que recordar que tendencias de izquierda han tenido un rol central en la derrota de la dictadura y de la monarquía. Hay que contar y activar estas fuerzas.
Y desarrollar las relaciones políticas y organizativas con todas las fuerzas que se han mostrado solidarias con el pueblo griego. La central sindical alemana, los principales sindicatos ingleses, franceses, belgas, los metalmecánicos italianos, movimientos pacifistas y ambientalistas, la izquierda comunista y socialista europea y mundial, los gobiernos progresistas de América Latina; alrededor de la experiencia griega ha operado un frente único mundial anticapitalista “sui generis”. Fue importante pero no ha sido sostenido con campañas, grandes movilizaciones y huelgas. A la cita el frente reaccionario mundial se presentó al completo, mientras que la clase obrera y las masas del mundo no tuvo los medios para reforzar la tratativa importante que conducía el gobierno de Syriza. La primera enseñanza de lo ocurrido es que no se resuelve en un solo país, sino en el mundo, en la entera Europa.
También Rusia y China han debido colocarse al lado del gobierno de Syriza; obviamente ellos lo han impulsado timidamente; no están interesados en desestabilizar el capitalismo más que hasta un cierto nivel. En Europa, Rusia lleva adelante una política de ruptura del frente capitalista, tratando de interesar a sectores a desobedecer las ordenes de la OTAN. En Siria, en cambio, va mas lejos porque no tiene mucha posibilidad de elección.

La izquierda mundial, los partidos y centrales obreras deben intervenir sobre la disputa interna en curso en Grecia sin llamar a uno contra otro. Si hay algo que quedó claro después de los hechos recientes es que no hay solución electoral. Se trata de reforzar la relación de fuerzas a favor de las transformaciones sociales y desmantelar las instituciones burgueses, el aparato judicial y, en primer lugar, el ejercito. Hay que romper con la Otan por el dominio político que ejercita y el gasto que significa. Defender los derechos del pueblo griego es la prioridad absoluta: cada uno debe comer tres veces al día, estar sano, tener un techo y el tiempo para desarrollar relaciones y cultura. Después de eso está la deuda, si no hay posibilidad de satisfacer esos derechos la deuda no se paga!
Grecia es parte de una batalla que conducen las masas de todo el mundo, con esta experiencia en Grecia ha crecido la cultura, la organización y la voluntad de lucha en todo el mundo. El capitalismo sabe bien que los próximos obstáculos serán mucho mas serios, no bastarán chantajes y provocaciones como las exhibidas en Grecia para parar las fuerzas que van a desencadenarse en España, en la Inglaterra de Korbyn, y también en Bélgica, en Francia y en Italia.
Es una necesidad vital la unidad de la izquierda, de comunistas y socialistas, de los sindicatos con el programa de transformación social para dar continuidad a la experiencia iniciada por Syriza y las masas griegas.

Octubre de 2015