Las masas peronistas dieron un duro golpe al Neoliberalismo

El triunfo del Frente de Todos en Argentina, las movilizaciones en Ecuador que hicieron retroceder a Lenin Moreno, la insurrección popular en Chile y Colombia, constituyen un salto inmenso en el proceso de cambios en América Latina y un respaldo al proceso revolucionario de Venezuela y Cuba.

Esta intervención de las masas latinoamericanas es un rechazo a la política del imperialismo y del Fondo Monetario Internacional y un fracaso de las medidas neoliberales que son inviables para desarrollar y resolver los problemas de la población.

Este cambio profundo en la relación de fuerzas requerirá, en la próxima etapa, de órganos y programa que le den estructura a la transformación social y revolucionaria que el continente necesita.

Las elecciones en Argentina confirmaron el desafío lanzado por el Frente de Todos: “Nunca más neoliberalismo en Argentina”.

Las últimas encuestas y la participación popular en los actos de cierre de campaña de los principales candidatos de las dos principales coaliciones, daban un cuadro de una victoria amplia de la fórmula opositora Fernández – Fernández. El primero, colaborador cercano a Nestor Kirschner, presidente y artífice del renacimiento del país despues del default del 2001, y como candidata a vicepresidenta Cristina Fernández, líder indiscutible del movimiento popular.

Macri cerró su campaña en los dos bastiones que le quedaban en el país: la ciudad de Buenos Aires y Córdoba. En la primera con un importante acto ante la presencia de unas docientas mil personas, donde está fuertemente concentrada la mayor riqueza del pais (renta per cápita como Bélgica) y su base social de referencia. La oposición, en cambio, realizó actos con gran participación en decenas de lugares en todo el país. Desde Mar del Plata, la ciudad donde el neoliberalismo sufrió su primera derrota histórica en el año 2005 cuando todo el progresismo latinoamericano con Chávez a la cabeza decidió sepultar la propuesta yanki del ALCA,  el “Frente de Todos” lanzó el asalto a la importante provincia de Buenos Aires a través de la candidatura de Kicillof (ala izquierda del peronismo).

“Cambiemos” (partido de gobierno) está en una crisis muy grande. Personajes decisivos y candidatos toman distancia del presidente que, a su vez, intentó algunas maniobras desesperadas, como la de destinar una partida presupuestaria  de alrededor de 10 millones de dólares, que estaba prevista con otra finalidad, para el “sostén” a los desocupados y que el aparato judicial, finalmente, bloqueó.

Esta situación es una muestra de lo que acontece en el país en los órganos del poder. La Corte Suprema, con jueces fieles impuestos desde el gobierno y que participaron en la persecución contra Cristina Fernández y el grupo dirigente de la “decada ganada”, ahora obra en su contra y ha lanzado una serie de indagatorias judiciales que involucran a Macri y a todos los participantes directos de los actos de corrupción que se han sucedido en estos cuatro años de “fiesta neoliberal”.

El sistema judicial indaga sobre los negocios del macrismo. La estafa de Correos, la dolarización de las tarifas y otras, ya producen investigaciones y medidas cautelares entre las filas de los fieles servidores a este ya fallido régimen.

El Frente peronista se mantiene unido, evitando que sus fuertes diferencias internas puedan ser utilizadas, en esta fase de proximidad al gobierno, en su contra. Arrastran consigo discursos contradictorios. Eso, de todos modos, no paraliza la acción de las masas. Importantes movimientos sociales  como los que desarrollan formas de economía popular que no han dado respiro a Macri.

El movimiento peronista, en cambio, se mueve fuertemente unido no dando espacio a que las diferencias internas puedan ser utilizadas por la derecha. Cristina Fernández, representante de la fuerza más importante de la alianza ha podido confirmar durante toda la campaña la inmensa adhesión popular que ha consolidado. Solamente, al final, se ha permitido una crítica al sector más de derecha del Frente, votando contra la apertura a los fondos buitres, contra la reforma de las jubilaciones y, con otros diputados del Frente para la Victoria,  ha actuado coordinada con los movimientos sociales.

El gobierno de Cambiemos ha estado completamente ausente, mientras las reservas del Banco Central bajaron al ritmo de 1.500 millones de dólares cada dos días, saliendo del país por la especulación financiera. Alberto Fernández “tranquiliza a los mercados” y el FMI, cautelosamente, cesó de “adelantar ayudas”  a Macri “confiado que encontrará atención con cualquiera que gane las elecciones”. Fernández declaró que sus prioridades  serán los más desfavorecidos (15 millones), los trabajadores, los jubilados y los sin techo.

 

Las masas peronistas se movilizaron contra Macri

Las masas peronistas se movilizaron contra Macri

Consecuencias económicas y sociales del gobierno de Macri

 La otra cara de estos cuatro años es el crecimiento de la pobreza en el país. Cierran unas 50 empresas al dia, las últimas la empresa de motos Zanella con sedes en todo el país y millares de trabajadores en la calle o la industria alimentaria La Campagnola. Los comedores y merenderos populares mitigan sólo, en parte, los sufrimientos de los más pobres, incluso de trabajadores con sueldos miserables. Además, junto al aumento enorme de hambrientos y desnutridos fueron recortados el abastecimiento y distribución de comida, que se desvió a la campaña clientelar del macrismo, a las administraciones territoriales que comparten su color politico.

 El mes de septiembre la inflación alcanzó un 6% y las expectativas son que este año llegue al 55 %. La desocupación pasó del 6% a más del 10%. La pobreza, cuando comenzó el gobierno de Macri era del 29 % y en el 2019 llega al 40 %.  Cae el consumo de pan y leche y millares de panaderías han bajado sus cortinas. El PIB ha descendido un 3,5 % y han aumentado el precio de los servicios: la electricidad 1684 %, el gas 700 %, el agua 512 % mientras que el poder adquisitivo de los salarios ha bajado un 21 %. El empleo, en su mayoría, es precario.

La deuda pública ha llegado a 334 mil millones, muy lejos de la cifra en la que la dejó Cristina Kirschner. El dólar que estaba a 9 pesos cuando llegó Macri está ahora a más de 60. Este es el balance de un gobierno neoliberal que aplicó estrictamente las políticas del Fondo Monetario Internacional destruyendo la estructura industrial que tanto había costado reconstruir después de la crisis del 2001.

América Latina ha influido en estas elecciones. En uno de los actos multitudinarios la gente gritaba: “Lula Libre”, “Chile y Ecuador modelo fracasado” y “Evo presidente” antes del golpe consumado por la derecha. En la noche electoral se reafirmaron estas consignas y posiciones políticas.

El voto al peronismo ha tenido una estructura de clase muy fuerte y eso se expresó en la elección de Kiciloff  como gobernador de la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el sector más importante del proletariado, con mayoría absoluta.

Es muy importante, en este contexto de intervención de las masas, el Congreso de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos) donde se decidió la unificación con la CGT (central mayoritaria). Aunque todavía no se definieron las formas que va a tomar este proceso, es un paso fundamental hacia la centralización del movimiento obrero para responder a los desafíos que se plantean en esta nueva etapa.

El acuerdo que ha hecho la dirección del Frente de Todos con parte de la burguesía, PYMES (pequeña y mediana empresa) y comerciantes tiene como objetivo atraer a un  sector que ha sido golpeado por la política de Macri a una perspectiva de desarrollo económico.

Será necesario, para el nuevo gobierno, aplicar un plan que reactive la economía y que de trabajo a los trabajadores que perdieron su empleo en la última etapa. Hay que dar más protagonismo a las empresas estatales y poner los servicios públicos en manos del Estado. Para bajar el coste de la gasolina, la luz y el gas hay que desdolarizar las energías. Aumentar la inversión en sanidad para responder a la demanda de la población y recuperar las medicinas gratuitas a los jubilados.

La visita de Alberto Fernández a México y el encuentro con López Obrador, así como la campaña por la libertad de Lula muestra la importancia de la coordinación de las fuerzas progresistas en América Latina para enfrentar los ataques del imperialismo.

El fraude que ha habido en las elecciones donde Macri aumentó dos millones y medio de votos es un ejemplo de que la derecha va a utilizar todos los medios a su alcance para evitar el avance de las fuerzas progresistas. A un nivel muy superior, se ha expresado en el golpe a Evo Morales en el que la derecha y el imperialismo han arrastrado a la policía y al ejército y crearon bandas paramilitares para crear un clima de violencia y estimular el enfrentamiento que ha llevado a la renuncia de todo el gobierno.

A la rebelión popular en Ecuador siguió la actual del pueblo de Chile; rebeliones radicales y furiosas que expresan la ira de una población decidida a impulsar cambios que signifiquen un progreso en la dignidad, los derechos y las condiciones de vida del conjunto de la sociedad. Hay que apoyarse en esta actual relación de fuerzas e impulsar la centralización de todos los gobiernos, partidos y movimientos sociales en un gran Frente contra las políticas asesinas y criminales del imperialismo.