El proceso en Cataluña se aceleró en los últimos años y el enfrentamiento entre el gobierno de Rajoy y la burguesía catalana se vio alterado por la incorporación de nuevos movimientos sociales y políticos que cuestionan las medidas impuestas por el PP y respaldadas desde la Unión Europea. Convergencia y Unió, hoy el PDCAT (Partido Democrático de Catalunya), el partido de la burguesía catalana ha perdido protagonismo en la medida que se incorporaban al movimiento por el “derecho a decidir” sectores dela pequeñoburguesía radicalizada, organizaciones sociales y la CUP (Candidaturas de Unidad Popular), que agrupa a nacionalistas de izquierda, llamados “antisistema” y “anticapitalistas”.
Ante el desgaste del partido de Pujol y Mas (expresidentes de la Generalitat), minado por la corrupción tomó más protagonismo Esquerra Republicana que tiene un programa socialdemócrata moderado y Asamblea Nacional Catalana y Ómnium Cultural de marcado carácter nacionalista burgués. Ninguna de estas formaciones cuestiona permanecer en la OTAN y en la Unión Europea.
Esta disputa entre las burguesías catalana y central viene de mucho tiempo atrás y se ha ido agudizando porque se profundiza la crisis del capitalismo y ninguno de los dos sectores está dispuesto a ceder. Hay que tener en cuenta que el gobierno de la Generalitat inició el ataque a la sanidad y educación pública, los recortes de salarios y despidos de empleados públicos, la disminución de partidas para vivienda social y las ayudas al desempleo para aliviar la deuda de una administración corrupta.
Esta relación de fuerzas que se daba en los marcos del aparato de las instituciones cambió su carácter cuando el gobierno del PP respondía, cada vez más, con un mayor nivel de enfrentamiento y medidas judiciales que fueron recibidas como una provocación por un amplio sector de la población y de la izquierda que se movilizó y ocupó las calles y plazas de Barcelona y de prácticamente todas las poblaciones. Y en una escalada mayor de disputa el gobierno catalán planteó un referéndum por la independencia.
Podemos ha tenido una posición de defensa del derecho del pueblo catalán a decidir, pero no por la independencia y plantea modificar la Constitución para cambiar el marco territorial en España, entre otras cosas. En Cataluña, un sector de Podemos se sometió al objetivo del independentismo como algunos movimientos sociales y sindicatos alternativos.
El movimiento obrero, en su gran mayoría, no se ha pronunciado. Los grandes sindicatos se han posicionado apoyando el derecho al voto en el referéndum y en defensa de los derechos democráticos. Ha habido últimamente movilizaciones y luchas en pequeños sectores como las limpiadoras de los hoteles, los repartidores de comida a domicilio, los empleados de seguridad de los aeropuertos que reivindicaban sus derechos.
El sindicato de estibadores, después de reunirse en asamblea, decidió no abastecer los tres barcos que hay cargados con policías y furgones en el puerto de Barcelona y Tarragona preparados para intervenir y frenar cualquier movilización que desborde la estructura policial desplegada ante estos acontecimientos.
El Partido Socialista ha tenido una actitud muy débil y de apoyo al gobierno, aunque con matices. Están las condiciones de plantear una moción de censura, como reivindica Unidos Podemos, y echar al gobierno pero la dirección de Pedro Sánchez tiene temor que la hoja de ruta programática la marque la izquierda y los movimientos sociales.
Sólo Izquierda Unida defiende la centralización del movimiento obrero pero sin una alternativa clara frente a esta situación. Creemos que hay que tener en cuenta la gran movilización que hay en Cataluña y la solidaridad de la mayoría de las masas en toda España que apoyan al pueblo catalán frente a la actitud prepotente del gobierno de Rajoy que no tiene respuesta política a esta situación.
Es la crisis del capitalismo que se profundiza y que adquiere estas formas por su debilidad e impotencia. Y si la derecha en Cataluña todavía encabeza, en parte, este proceso es por no hay la maduración suficiente en la izquierda.
El domingo 1 de octubre ha sido un día histórico Las masas han salido a la calle para, mediante el voto, defender los derechos sociales, las libertades democráticas y rechazar la política del gobierno de Rajoy que sólo ha traído pérdida de conquistas, miseria y desocupación.
El Partido Popular quiso amedrentar a la población concentrando un gran aparato represivo, interviniendo los centros telemáticos e impidiendo que se tuviera acceso al censo oficial de votantes que era la forma de dar garantías a la consulta. Por la mañana la Policía Nacional entró en varios colegios electorales reprimiendo , requisando urnas y rompiendo servidores para utilizar internet.
A pesar de toda e