La movilización del movimiento obrero y de la mayoría de la población es una respuesta contundente al intento de golpe permanente de la derecha venezolana apoyada por la CIA y el imperialismo.
Maduro se encontró con una crisis mundial y un descenso del precio del petróleo, principal fuente de ingresos del país, provocado por Estados Unidos, las grandes compañías petroleras y Arabia Saudita con el objetivo de perjudicar no sólo a Venezuela sino también a Rusia e Irán.
La burguesía aprovechó esta situación de deterioro de la economía provocando acaparamiento y destrucción de depósitos estatales de productos básicos. A esto se unió Estados Unidos bloqueando las líneas de crédito internacionales.
Bandas terroristas financiadas por la ultraderecha ocuparon calles, atacaron centros de salud, guarderías y centros de abastecimiento. La policía detenía a los culpables de estos desmanes y la fiscalía los dejaba en libertad.
La agudización de esta situación culminó con una consulta popular de la oposición en el 16 de julio que llamaba a rechazar la Asamblea Constituyente y a las Fuerzas Armadas a apoyar la Asamblea Nacional. El objetivo era renovar los poderes públicos que, en los hechos, equivalía a un golpe de Estado.
Hay que tener en cuenta que éste no es el primer intento de liquidar el proceso bolivariano. Desde la llegada de Chávez al gobierno la derecha estuvo conspirando en forma permanente pero ha fracasado en todos sus intentos.
El proceso bolivariano significó un progreso para toda América Latina y coincidió con gobiernos progresistas en Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina. Estas políticas sacaron de la pobreza a más de 70 millones de personas. La educación y la salud llegaron a las clases populares y se construyeron viviendas sociales, se mejoraron los transportes y se llevaron adelante importantes obras públicas.
Venezuela partía de tasas de pobreza del 60 al 70 % teniendo las reservas más grandes del mundo de petróleo, gas, agua, oro y coltán. El gobierno de Chávez utilizó estas riquezas para desarrollar el país rompiendo la estructura corrupta de la burguesía y de la oligarquía que se aprovechaban de ellas. Además se creó UNASUR y la CELAC organismos de unificación política y comercial de los países que los integran.
La convocatoria a la Asamblea Constituyente que es una prerrogativa del presidente de acuerdo con la Constitución se hace con el objetivo de defender el proceso revolucionario. Los puntos que se van a discutir para incorporar a la Constitución son los siguientes:
- Colaboración entre los poderes públicos
- Superar la dependencia del sistema petrolero y dinamizar el desarrollo de las fuerzas productivas
- Hacer constitucional las Misiones y las grandes Misiones socialistas.
- Aumentar las competencias del sistema judicial (especulación, terrorismo, corrupción, incitación a la intervención extranjera, etc.)
- Constitucionalizar las Comunas y los Consejos Comunales así como los Consejos de trabajadores y trabajadoras
- Defender la soberanía
- Pluriculturalidad y coexistencia pacífica
- Reconocer los derechos de los jóvenes
- Preservar la diversidad, combatir el cambio climático y desarrollar el ecosocialismo
Los más de 8 millones de venezolanos y venezolanas que votaron a los y las representantes a la Asamblea Constituyente significan el apoyo y la defensa a los órganos del poder popular. Órganos que fueron impulsados por el gobierno de Chávez y que esta Asamblea debatirá incorporarlos a la Constitución.
Uno de los aspectos más importantes que se discutirá es la propiedad social de los medios de producción, al servicio de quiénes están y quiénes los dirigen.
Podemos decir que este proceso constituyente es el poder del pueblo organizado. Incorpora a las organizaciones obreras y populares construidas durante el chavismo y permite la participación popular a través de todos los municipios del país.
La intervención de todos los sectores sociales en este debate convierte a esta Asamblea Constituyente en un nuevo pacto social para derrotar a la derecha y al capitalismo y avanzar en medidas socialistas. Es una respuesta de la revolución bolivariana para consolidar los órganos de poder de las masas y fortalecer la unidad cívico-militar que ha respondido con decisión ante las provocaciones y los intentos de golpe.
Chávez planteó que Venezuela es una revolución armada y estos acontecimientos lo reafirman. El gobierno de Maduro, para avanzar, tiene que apoyarse en la clase obrera y el pueblo y en el conjunto de las Fuerzas Armadas para superar esta situación.
Los sindicatos, partidos de izquierda, movimientos sociales, intelectuales, movimiento estudiantil, gobiernos y ayuntamientos progresistas deben pronunciarse en solidaridad con Venezuela y respaldar un proceso que es hoy una de las experiencias más importantes para el progreso de la humanidad.