Con la liberación de Ghouta Siria reconquistó la mayor parte del territorio

Ghouta oriental no es un «barrio rebelde de Damasco». Esta región alrededor de la capital Siria sufría el acoso de las bandas  islamistas armadas y financiadas por la «coalición internacional contra el terrorismo». Esta coalición engloba, aunque no todos al mismo grado de participación, los 29 países miembros de la OTAN – Estados-Unidos, Reino Unido, Francia y Turquía en particular, y a   estados asociados con la OTAN como Arabia Saudita, Israel y otros. No olvidemos tampoco que 5000 Uighures de China se han unido a los ejércitos islamistas además de algunos miles de individuos reclutados en varios países capitalistas para «combatir en Siria».

 El presidente Bachar Al Asad es el dirigente del gobierno sirio y no el dirigente de «un régimen». Llamar la dirección del Estado sirio «un régimen» es una calificación que tiende a diabolizar este Estado sin tener que explicar porque. Esta mentira es parte de la campaña mundial del capitalismo que se reivindica  «democrático» y que denuncia como infames e intolerables los estados que se oponen a sus intereses.

Cuando empezó la guerra Siria en marzo 2011, los principios medios de comunicación de los países capitalistas insistían que la población Siria era tan horriblemente maltratada por su gobierno que no tenia más remedio que rebelarse. Los periódicos no dejaban de afirmar que la oposición al gobierno Asad «originalmente moderada» tuvo que entrar en guerra ante la inflexibilidad y la ferocidad excepcionales del gobierno. Nada de eso era verdad porque los países capitalistas enviaban a  Siria hombres que habían preparado militarmente muchos meses antes en países como Jordania, para echar abajo al gobierno.

 

El ejército gubernamental sirio aplasta a los terroristas 

Estos últimos años la población de  Ghouta oriental fue tomada como rehén por las fuerzas islamistas terroristas llamadas moderadas. Estas últimas utilizaban a la población local para protegerse detrás de ella e impedir que el ejército gubernamental pueda desalojarlas. La prensa occidental decía al mundo – y sigue diciendo – que Asad ataca a su propia población bombardeando sin piedad y lanzando ataques químicos. Estos ataques con gas se ha demostrado que ha sido una invención, una farsa montada por los grupos islamistas que obligaron a la población a ser «cómplices» bajo el riesgo de ser asesinados Como los dirigentes de los países capitalistas buscan derrocar al gobierno de Bachar Al Asad, justifican y apoyan las acciones de los terroristas. Por eso los llaman «moderados», «rebeldes» o «combatientes». Estos mismos «moderados» vuelven rápidamente a ser «terroristas» cuando sus acciones no corresponden más a los intereses de sus organizadores.

Después de la recuperación de Alepo al final de 2016, y de Palmira en marzo de 2017, la alianza Siria – Rusia – Irán continuó la lucha para termina con las milicias  islamistas – sea con el nombre de Daech, Al Nusra, al Qaeda, Jaish al Islam u otras – para recupera la soberanía nacional del país y defender el gobierno de Bachar al Asad. Esta acción es una defensa de las conquistas del Estado revolucionario sirio que era une Estado laico y multicomunitario, uno de los más as avanzados socialmente en todo el Medio Oriente hasta 2011. Esta fecha marca el comienzo de las agresiones militares en Siria de la coalición internacional organizadas por la OTAN y sus asociados en la región.

 

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Hemos publicado en nuestro blog el ultimo discurso de Bachar Al Jafari, representante del gobierno sirio en las Naciones Unidas, para dar a conocer un punto de vista que consideramos  «mucho más legitimo» que el de todos los periodistas y expertos al servicio de los países capitalistas. No se puede olvidar que el gobierno de Bachar al Asad y sus representantes al parlamento fueron al poder después de elecciones realizadas en plena guerra (el 3 de junio de 2014) en el territorio de Siria que no estaba invadida por la «Coalición Internacional» y las bandas yihadistas. En estas elecciones se había creado un frente con parte de los movimientos que estaban en la oposición en 2011, para defender la Constitución Siria, la integridad y la unidad del país y su carácter multicomunitario.

El gobierno de Bachar al Asad tenia el derecho y la legitimidad para constituir las alianzas que consideraba necesarias para defenderse. Los acuerdos  con Rusia no se gestaron con la guerra sino que vienen de la etapa de la Unión Soviética. Han representado un factor esencial para enfrentar la invasión occidental y de sus aliados los más as reaccionarios en Próximo y Medio Oriente como Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Israel.

La intervención de Rusia debilita el frente de países de la OTAN

Con su intervención al lado del gobierno sirio Rusia – bajo la presidencia de Putin, y gracias a su ejército y al apoyo de la mayoría de la población – reanuda con la tradición de solidaridad nacional de la época soviética.  No ha defendido intereses económicos inmediatos, ni el acaparamiento del petróleo o del gas sirio.

En cambio es muy importante que Rusia haya enfrentado a las potencias imperialistas – no solamente Estados Unidos – que creían poder continuar impunemente sus invasiones, su dominio económico y militar del mundo, fragmentar y destruir países enteros, como Yugoslavia, Afganistán, Libia, Iraq, provocando caos y con el justificativo de las «guerras humanitarias».

El ataque del 14 de abril en el que EEUU, Francia y Gran Bretaña bombardearon Siria con el objetivo de destruir supuestas instalaciones para la fabricación de armas químicas ha sido un fracaso. Estas infraestructuras se han demostrado inexistentes. Pero el objetivo de este ataque era el ensayo de nuevas armas, dar apoyo a las milicias yihadistas desmoralizadas por las sucesivas derrotas, contener la influencia de Rusia, China e Irán en Medio Oriente  y acelerar la fragmentación de Siria en tres territorios. No han podido cumplir con ninguno de estos objetivos y se mostró la debilidad del aparato militar de Occidente para imponerse militarmente a estos países cuando cuentan con el apoyo de Rusia.

En todo el mundo también las poblaciones han resistido a estas guerras cada vez más as sofisticadas, destructoras y crueles. Ya con la guerra del Vietnam los jóvenes del mundo entero se negaron a hacer el servicio militar. Recordamos como los veteranos norteamericanos de la guerra de Irak manifestaban tirando al suelo sus medallas. Las potencias capitalistas tienen que recurrir cada vez más a medios tecnológicos más sofisticados a las cyber guerras, a los drones, para compensar el rechazo de la población.

Las potencias capitalistas han dedicado parte del presupuesto militar a la organización mundial de las bandas fascistas bajo cualquier bandera para formar milicias privadas terroristas. Son estos los que los medios de comunicación y los «expertos» llaman «los sectores radicalizados».  Además los primeros contingentes de estos terroristas eran afganos, chechenos, y no árabes, musulmanes ni «rebeldes moderados» libios, sirios o iraquíes.

La crisis entre Turquía y Estados-Unidos proviene en parte de la hostilidad histórica del capitalismo turco contra los kurdos de Turquía y de Siria. En cambio los Estados-Unidos han impulsado alianzas temporarias con los kurdos sirios en función de sus intereses estratégicos. Es así que Estados-Unidos y Turquía – perteneciendo los dos a la OTAN – se encuentran divididos en Siria, y Rusia aprovecha de tales contradicciones. Eso refuerza la lucha antimperialista de las masas de la región y contribuye al debilitamiento del frente otaniano y de sus ambiciones de derrocar al gobierno de Bachar Al Asad.

Hay fuerzas progresistas en las organizaciones kurdas, pero su nacionalismo exacerbado ha permitido a la derecha imponerse y hacer alianzas con el imperialismo. Si los kurdos se encuentran hoy aislados en Siria es porque han rechazado los ofrecimientos de Rusia y de Irán. Esta situación confirma que no estamos más en la época donde es posible progresar solamente con la única defensa de reivindicaciones nacionalistas y de autodeterminación. Esta etapa necesita desarrollar  más mas la planificación mundial y no la formación de nuevas naciones.

Turquía, a través de sus estructuras capitalistas y de su posición estratégica, es un estado clave para la OTAN. Si hace acuerdos con Irán, China o Rusia, es puramente circunstancial.

Cualquier progreso humano tiene que desafiar el capitalismo global

Siria pone en evidencia lo que la victoria de Vietnam ya había establecido: al capitalismo le quede solamente la fuerza militar para intentar perpetuarse. Pero el desarrollo de la economía, de la tecnología y de la inteligencia humana ya ha creado fuerzas superiores a la potencia militar. Por eso las direcciones en Irán, Rusia y Siria cumplen parcialmente una función social en la historia, aun si esta función las sobrepasa.

La humanidad no esta en búsqueda de petróleo o de gas. Su propia supervivencia exige la derrota de las fuerzas del imperialismo. La derrota de EEUU y sus aliados en Siria con la ayuda de Irán y Rusia contribuyan a la transformación revolucionaria del mundo, empezando por su propia transformación. Eso precipita también la proximidad de la guerra global. Entramos en un periodo de guerra y de revolución. Rusia e Irán no van a poder retirarse de Siria. Su propia continuidad depende ahora de su disposición a ampliar y profundizar este frente antiimperialista que se acaba de estructurar.

Por otro lado cada lucha para la defensa de las conquistas sociales en los países capitalistas occidentales se enfrenta directamente con el capitalismo global. Eso crea un frente único objetivo en el mundo entre la lucha de la clase obrera y de las masas en los países capitalistas y la valiente alianza anti imperialista China, Rusia, Irán, Siria. En los países capitalistas sobre todo en Estados-Unidos y en Europa las organizaciones de izquierda no van a tener otra alternativa y van a ser impulsadas en participar a la construcción de un frente único anti imperialista mundial.

Los posadistas – 7.04.2018